¡ATRAPADO! Un vídeo policial muestra el intento de fuga de un BMW M4

Parece una escena de «Need for Speed», pero es un vídeo a bordo de la vida real: En el estado norteamericano de Georgia, un joven de 22 años al volante de su BMW M4 (G82) huyó de la policía y fue detenido por una colisión al final de una cinematográfica persecución. En principio, el conductor sólo iba a ser detenido por activar por error las luces de carretera, pero al parecer el joven de 22 años se equivocó de película al ver la luz azul y quiso huir de los agentes de la Oficina del Sheriff del condado de Forsyth. ¿Buscas una furgoneta? En furgón segunda mano Crestanevada encontrarás las mejores furgonetas de ocasión.

 

Durante la persecución, que duró unos cinco minutos, el BMW M4 blanco y su perseguidor aceleraron varias veces hasta alcanzar velocidades que duplicaban el límite permitido: Según el informe policial, el fugitivo condujo a 70 en lugar de las 35 millas permitidas (113 en lugar de 56 km/h) justo al principio, y tras llegar a la autopista, el BMW M4 llegó a acelerar a más de 100 millas por hora (160 km/h), superando así con creces los límites habituales en las carreteras estadounidenses. «

 

Poco después, otro policía pudo medir por radar al coupé deportivo alemán a una velocidad de 144 millas o 231 kilómetros por hora, lo que acabó por legitimar métodos aún más brutales para poner fin a la persecución: los neumáticos del BMW M4 iban a ser destruidos con una tira de pinchos, pero al parecer esto no supuso el fin inmediato de la peligrosa acción.

 

Al menos, la acción facilitó la persecución hasta tal punto que uno de los policías pudo finalmente acercarse lo suficiente al joven de 22 años para realizar una maniobra PIT (técnica de inmovilización de precisión): Al embestir deliberadamente la parte trasera del coche lateralmente, el M4 se vio obligado a dar una vuelta de campana. Fue entonces cuando el sospechoso se dio por vencido y renunció a seguir huyendo.

 

En el videojuego habría aparecido la gran inscripción BUSTED, posiblemente el joven de 22 años sólo reconoció su «confusión» entre la realidad y el mundo virtual cuando faltó esta inserción. El hecho de que durante su descarga de adrenalina de cinco minutos jugó con vidas humanas de forma muy real y que sólo por suerte ningún transeúnte resultó herido debería haberle quedado claro durante su posterior estancia en la Oficina del Sheriff.